Estoy un poco jodida. Tengo problemas de ira, tendencias auto-destructivas, trastorno borderline, episodios de euforia, inestabilidad emocional severa, y podría seguir. Me siento más cercana a personas o personajes más bien trastornados, esas mentes me fascinan y con ellos puedo empatizar más fácilmente. Algo en mi mente está roto, no puedo querer inventar otra cosa. Bah, puedo querer, pero "es lo que hay". Yo lo sé, y la gente a mi alrededor lo sabe. Simplemente no puedo "estar bien", me autoboicoteo sin ser consciente de ello mientras un torbellino se lleva todo de mi alcance.
Descontrol. Palabra que refleja un estado en el que no encuentro de dónde agarrarme mientras todo gira, no como una calesita sino más bien como un lavarropas.
Además... esos "pequeños momentos de calma y felicidad", que todos persiguen(¿perseguimos?) a veces se me hacen tan... aburridos, planos, vacíos, sosos. No me hallo en las alegrías cotidianas. Soy capaz del disfrute, no digo que no, pero llega un momento en el que es demasiado orden, demasiada calma, demasiada paz.
"Mi mente es como un motor corriendo fuera de control, un cohete despedazándose, atrapado en la plataforma de lanzamiento." - Sherlock Holmes
Ahí es cuando todo "se quiebra", me dan ganas lastimarme de cualquier forma disponible... la necesidad de sentir mientras parte de mí se entumece. Curioso, ¿no?
Y me asusta. No sé cómo lidiar conmigo, con mis demonios, mis idas y vueltas. ¿Podré tener una vida normal? ¿Quiero tener una vida normal? Me siento libre en mi descontrol, pero ¿cuándo es demasiado? ¿cuándo hay que parar? ¿y si no puedo parar?
Quizá, algún día, pueda sentirme tranquila sabiendo que no puedo manejar algunas cosas y aunque sea difícil vivir así, puedo abrazarme y darme permiso a ser como soy, loca como esté... y saber también que siempre hay un roto para un descosido.
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